miércoles, 2 de febrero de 2011

He sentido su sed...

Estuve recorriendo un sitio nada desconocido, en mi caminar me encontré rostros que había dejando en el pasado, al ir tras alguien ignorado me encontraba detrás del recinto, sin importar el vínculo me separé regresándome en los pasillos que estuve recorriendo y encontrándome con los rostros de mi memoria, ahora alguien me acompañaba no me sentía sola, ahora éramos tres, abrí una puerta y él había creado un matiz granate, no sentía miedo, sólo curiosidad ya que mis ojos estaban fijos sobre aquello que él había fragmentado, aquello que se supone que era su alimento, en sus ojos había precaución ante mi presencia, los sentía clavados sobre mí, sin palabras sentía que él no deseaba que yo me quedara en ese instante, aumentó mi vehemencia, deseaba probarlo, retrocedí a paso lento previniéndome del presagio sin dejar de saborear al contacto con los labios.



¡Aléjate! Sentí, quizás fue su voz, o la mía…me sentía diferente: especial, protegida por él, acompañada por él, por lo nuestro.



En mi recorrido por los pasillos sentía la necesidad de estar más alerta, tenía algo que proteger, algo que amar, algo que era nuestro, algo que sentía, delante de mí, iba él rápidamente, detrás yo, escuchaba detrás de mí las voces de los otros, quizás la que protegía, quizás la de él, sin dejar de sentirme sedienta como al entrar donde él estaba…alcé mi mirada y él se volvió hacia mí, no fue necesario que me dirigiera una palabra para saber qué deseaba, me esperó, tomándome de la mano nos dirigimos a la salida...y luego desperté...con una sensación extraña...

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